viernes, 26 de febrero de 2010

La importancia de las copias de seguridad

Éste es el típico tema que en general no se suele gestionar de forma adecuada, como tantas otras cosas en la vida que “habría que” hacer. Voy a contaros algunas claves para que así tomemos conciencia del asunto.

  • Todo puede fallar. En esta vida todo puede fallar y también el ordenador, también su disco duro. Nos parece que no se puede romper, pero el disco duro junto con el lector de CD/DVD/BR es la única parte mecánica importante que puede fallar en un ordenador (y los ventiladores varios). Es por ello que tiende a fallar más de lo que parece, mucho más de lo que en general la gente se imagina.
  • Una pérdida importante. El que se te estropee un ventilador o la memoria es subsanable, se reemplaza por otro y listo, como en un coche. Pero si falla el disco duro, lo pierdes todo. Me refiero a todos tus datos, fotografías, música, películas, documentos, etcétera. Conozco ya varios casos de primera mano donde el disco duro, tanto de un ordenador portátil como de uno de sobremesa ha fallado, perdiendo los documentos del trabajo de los últimos meses. Al no tener una copia de seguridad, la pérdida puede ser definitiva, con la pérdida de tiempo trabajado que conlleva (sin son fotos o similar, no se pueden volver a hacer).
  • A veces se puede recuperar. Si el fallo del disco duro es lógico, esto es, el sistema de archivos está corrupto, los datos normalmente están ahí, sólo hay que recuperarlos con unos programas específicos y un poco de paciencia y suerte. Si el daño es físico, esto es, el disco duro está físicamente roto, recuperarlos es más difícil. Hay empresas especializadas en recuperacion de datos que los abren y tratan de recuperar los datos, pero es mucho más caro, del orden de miles de euros y la posibilidad de recuperar los datos es menor.
  • La pérdida no siempre es fatal. Muchas veces tenemos copias de los documentos principales en el correo, un compañero de trabajo tiene copia de ellos, los vas dejando en algún servidor de ficheros, o similar. En estos casos es posible que podamos llegar a recuperar todos los datos, pero hay que tener mucha suerte y en cualquier caso puede ser costoso en tiempo.
  • Hay que hacer copias de seguridad. Es la única forma de asegurarnos casi al 100% de que no vamos a perder nuestros documentos o que al menos la pérdida equivalga a unos pocos días de trabajo, no meses.
  • Objetivo. Tener las cosas al menos por duplicado, en soportes diferentes y separados físicamente, no vaya a ser que nos roben el portátil y la copia vaya en el maletín también.
  • De qué hacer copias. Aquí empezamos la parte subjetiva y completamente personal, es mi opinión tras unos cuantos años con ordenadores. En principio hay que hacer copias de todo aquello que no podemos volver a conseguir fácilmente al haberlo producido nosotros: documentos, fotografías. De forma más lisa y llana, todo aquello que no nos podemos volver a bajar de Internet, como música, películas, programas, hay que hacer copias. Si se puede conseguir pero es costoso, como una película o disco de música rara, también. Los muy paranoicos como yo hacemos copia de absolutamente todo, incluidas películas, por aquello del tiempo que cuesta “conseguirlas” y porque ya me ha pasado de perder unas cuantas.
  • Cómo hacer las copias. Aquí hay diversas opciones en función del soporte de almacenamiento:
    • Soporte físico en nuestro poder, del tipo discos CD-ROM, DVD-ROM, disco duro externo USB/FireWire, memoria USB. En este caso podemos optar por programas que automatizan las copias de seguridad, como los que traen los sistemas operativos (Windows, Mac OS-X, Linux) o de terceros. La ventaja es que lo hacen todo solos y la recuperación puede ser automatizada, pero utilizando el mismo programa y sistema operativo. La otra opción para poder tener un control absoluto y poder recuperarte en cualquier otro equipo y sistema operativo y en definitiva tener tus datos disponibles, es hacer copias manuales. Para ello conviene utilizar un programa que sea capaz de sincronizar carpetas. Así, calculas los archivos nuevos a copiar en unos pocos segundos y la copia se realiza de forma rápida. Es mi forma preferida para tener todos los archivos disponibles y poder llevarlos a otro equipo. Existen soluciones más imaginativas como los discos duros por red Wifi que en el caso de Apple, funcionan de forma automática y sencilla (en teoría).
    • Almacenamiento en Internet. Existen multitud de servicios gratuitos y de pago que nos permiten almacenar una cantidad limitada de archivos para poder accederlos en cualquier momento y lugar. El más sencillo y utilizado es el correo de Google que nos permite actualmente 7 gigabytes de espacio, por lo que lo más sencillo es enviarnos a nosotros mismos un correo con los documentos a conservar. Google no nos garantiza que no perderá los datos (y otros proveedores de correo han llegado a perderlo casi todo), pero es sencillo y rápido. Hay otros servicios de disco duro virtual que incluyen una aplicación de escritorio para automatizar la copia y así olvidarnos de ella.
  • Soporte para las copias. En relación con lo anterior, yo personalmente prefiero como soporte un disco duro externo USB. Hoy en día tienes un disco duro externo USB de 2,5’’ con 500 gigabytes por unos noventa euros, como el de la foto (miento, si es rojo vale algo más, cosas del capitalismo), donde puedes guardar absolutamente todo y no lo llenarás nunca (bueno, salvo que te dediques a la producción de contenidos digitales como vídeo, fotografía, …). Mi fetichismo va más allá y uso directamente discos duros normales de ordenador de 3,5’’, pero eso es otra historia que contaré otro día. Los discos CD-ROM y DVD-ROM para mí perdieron su utilidad, pues no son mucho más fiables que un disco duro (se rayan y estropean fácilmente) y el coste por gigabyte de los discos duros ha bajado tanto que ya no merece la pena grabar nada, el disco duro es mucho más rápido y versátil (hace más de un año que no grabo ni un DVD para uso personal salvo discos de arranque). Las memorias USB no valen como copia de seguridad, fallan con bastante facilidad y aunque no se pueden romper como un disco duro externo USB (deja caer un disco desde 1 metro y verás), no compensa. Como forma de transportar datos vale, pero en general no como copia de seguridad.
  • Periodicidad. Aquí ya depende de cuán vagos seáis, pero recomiendo al menos una vez a la semana. Los más puristas, nada más generar un contenido (como una fotografía), hacer dos copias antes de ponerse a trabajar con ellas (yo todavía no soy tan fanático, al tiempo). El viernes al terminar el trabajo es un buen momento.
  • Recuperación. Si hay algo más importante que tener una copia de seguridad, es saber que funciona y que somos capaces de recuperarnos (preguntarle a alguien de sistemas informáticos). Para ello, hay que verificar que el soporte no está dañado, los archivos se pueden leer y si hemos utilizado algún programa específico de copias de seguridad, somos capaces de recuperar los archivos con el programa. Esto conviene verificarlo de vez en cuando para evitar sorpresas.
  • Almacenamiento del soporte. En cualquier caso, guardarlo en lugar seguro y procurar utilizarlo lo menos posible. No llevarlo junto con el ordenador portátil. Una caja de seguridad ignífuga es lo ideal, pero eso lo dejamos para las empresas serias (que no todas lo son).

En resumen, si no quieres perder meses de trabajo y esas fotografías irrepetibles, cómprate un disco duro externo USB de 2,5’’, copia todos tus documentos en él además de dejarlos en tu ordenador de forma periódica y evitarás conversaciones con tu amigo/pariente informático diciéndote que no hay mucho que hacer.

Si has logrado leer todo esto, ¡no sé a qué esperas para empezar a hacer copias de seguridad!

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